sábado, 17 de enero de 2009

Lealtad y compañerismo


Ayer estuve de "rebajas" en el Corte Inglés. Aunque soy más de pequeños comercios, fui acompañando a un amigo convulso que quería comprarse un chandal para el deporte. Nos atendió una chica muy amable, pero en la locura de las rebajas de probarte una cosa detrás de otra, al final nos autoatendimos, olvidando a nuestra amable "dependienta". Y una vez elegida la prenda nos dispusimos a pagar en caja, para salir de allí cuanto antes. El tema es que no tuvimos el detalle de pagar a nuestra dependienta, con la consiguiente pérdida de comisión que ello conlleva. La nueva chica que nos empezó a cobrar se percató de la situación, por lo que nos dijo "un momento por favor, que ahora vuelvo". De reojo me fijé que se iba a hablar con su compañera. Acto seguido le dije a mi amigo convulso: "mira, me apuesto algo a que le va a pedir sus códigos, un detalle que le honraría". Cuando volvió, sin discrección ninguna, le preguntamos si lo había hecho, y nos dijo que sí. Fue un ejemplo de compañerismo y de lealtad. Le dijimos que nos había encantado ese detalle. Y es que las cosas buenas hay que decírselas a la gente, de lo contrario siempre nos quedamos con lo negativo. Gracias por el buen ejemplo. Me fui más ancho para mi casa, y feliz de que mi convulso amigo hubiese colaborado con gente tan buena.

No hay comentarios: