martes, 10 de marzo de 2009

Camino de Santiago


Hace un par de semanas, aprovechando el puente de nuestra Comunidad Autónoma, estuve haciendo el Camino de Santiago. La verdad es que salí encantado. Nunca antes lo había hecho. Es una experiencia única: paisajes impresionantes, largas caminatas, largos rato de conversación con los amigos durante la jornada, trato con gentes de otras nacionalidades, contacto con una cultura rural distinta a la nuestra. Pero a nadie se le oculta que hacer el Camino de Santiago es sacrificado. No sabes cómo van a reaccionar tus pies y tus piernas a tantos kilometros de travesía. Y todo -que es bastante sufrido- por motivos religiosos -dato que comprobé al recibir la compostelana-. Todos con algo por lo que pedir ante la tumba del apóstol de España. Me hizo pensar esto. ¡Cuánto bien hace a la persona el sufrimiento que agranda su espíritu! Y en los albergues gran ambiente de fraternidad. El sufrimiento une. Todos te brindan su ayuda, su conversación y su compañía. Gracias Santiago por brindarme esta oportunidad, que tanto bien me ha hecho, y me consta que a mis compañeros de aventura también. ¡Volveré! A ser felices.

sábado, 7 de marzo de 2009

¿Para qué quemarse?


Hay gente dispar. Los hay de los que se queman cuando ven algo que no está bien en las personas que tratan. Se calcinan y se queman casi a lo bonzo, y lo pasan realmente mal. Y la verdad es que yo no lo entiendo. Si el problema es del otro, ¿por qué quemarse? Que se queme el otro. Lo que hay que hacer es decirle las cosas claras y a la cara. Oye, me parece esto. Oye, que tu palabra no vale nada, y que no eres cumplidor. Lo que sea, pero a las claras. Y no te quemes tú. Que se queme el otro, pues el broblema realmente lo tiene el otro. Y si no cambia, que le den morcilla. Ccomo dice el refranero popular: A quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga. ¡A ser felices!